El
error más grande y más común al ver una película histórica es creer que lo
expuesto en pantalla es real y que debemos sólo situarlo en la ubicación y
temporalidad del relato. Si bien partimos de un hecho histórico, las diferentes
historias y anécdotas surgidas de éste, no reproducen fielmente una verdad
histórica. Falta de conocimiento e
interés en la historia mexicana también contribuye a la creación de mitos y conformarnos
con una historia idealizada del celuloide.
Más
aún cuando el tema elegido por estas dos películas, es un tanto desconocido.
Ambas películas toman el tema de la cristiada o los cristeros, un conflicto
entre Iglesia-Estado, que no tardo en involucrar a las masas más
desfavorecidas. La iglesia había sido una amenaza para el gobierno surgido de
la revolución, pues obstaculizaba la centralización. El estado se dedicó a
regularizar el número de iglesias y sacerdotes, quitarle presencia jurídica, así como prohibirle al
clero el derecho a votar, comentarios públicos, y de intromisión en la
educación. Dicha situación causó la polarización entre iglesia y el estado, causando, en 1926, el cierre de las
actividades religiosas. Se comenzó entonces una serie de levantamientos
dispersos y espontáneos en todo el país que daría fin oficialmente en 1929, sin
embargo, los últimos cristeros los podemos ubicar a finales de los años
treinta. La prolongación del conflicto tiene que ver con intereses diversos,
pero los realmente afectados fueron las masas creyentes. Ni el estado, ni la
iglesia dimensionaron el conflicto.
Cristiada o For Greater Glory (2012) del director
Dean Wright narra los acontecimientos ocurridos de 1926 a la muerte del General
Enrique Gorostieta, quien ha sido contratado por “la Liga” para comandar a los
cristeros.
Siendo
una película mexicana,[3] es rodada en inglés; es ambiciosa y
trata de colarse entre el público de esta habla. Pretende ser didáctica,
sin embargo, al tener una temporalidad amplia no deja de ser un filme que
cuenta _más no instruye_, las hazañas de Gorostieta y la
fe de los cristeros como el caso de José Sánchez del Río; construye héroes más no personas.
Curiosamente
el estreno de la película Cristiada coincide
con la visita del Papa Benedicto XVI a México en
abril del 2012 y de las futuras elecciones presidenciales, y que de alguna
manera contribuye a la exaltación de la fe y la configuración esperada del
dictador Plutarco Elías Calles, que como
sabemos fue creador del partido oficial que gobernó al país por más setenta
años.
La
fotografía y la ambientación son buenas, dado el presupuesto de 110 millones de
pesos,[4] la caracterización
esforzada, pero poco se logra cuando el
contenido y el alcance ya están moldeados. Por otra parte deja el tema de “la
Liga” siendo la responsable de las negociaciones, administración de recursos y
que en cierto punto generó desconfianza entre los cristeros, la muerte de
Gorostieta, de las luchas internas por
el control del movimiento, relaciones con Estados Unidos y por último de los
convenios para la paz.
Del
otro lado del lente encontramos, Los Últimos
Cristeros (2011) del director Matías Meyer, quien es hijo del historiador
especialista en el tema Jean Meyer. Matías presenta una visualización, temporalidad
y personajes diferentes.
La
película está basada en la novela Rescoldo[5] de Antonio Estrada, obra histórica y biográfica donde el autor narra las
vivencias de su papá el Coronel Florencio Estrada, quien con su familia y
seguidores formaban parte de la resistencia al final del conflicto.
Matías
Meyer estuvo consiente que era un tema amplio, sus limitaciones y que debía
rescatar la esencia del movimiento cristero.
Tuvo a su favor la asesoría de su padre, el experto.
El
filme es sencillo: poca producción, actuaciones amateur, breves diálogos, etcétera,
sin sacrificar la sustancialidad del movimiento. Al contrario que en Cristiada no encontramos las grandes
batallas y rostros conocidos del cine, no expone el sacrificio, sino la lealtad
a sus ideales. Muestra a los cristeros de carne y hueso, decepcionados por la
iglesia más no por su fe, situaciones de la vida cotidiana, las canciones, los
rezos, la soledad que han decidido vivir, con poco parque, perseguidos, la
realidad de un movimiento desarticulado y traicionado.
Escenas
de cámara fija y paisajes entre cerros se aplauden del filme: una clara idea
del movimiento en guerrilla, no en las grandes ciudades o campos abiertos. Por
otra parte, si bien logra rescatar todos estos símbolos e imágenes que nos
hacen familiarizar con los cristeros, tiene muy pocos diálogos, lo cual provoca
que si no estás familiarizado te resulte aburrida o sin sentido. No nos cuenta,
más sí recrea la atmosfera para darnos una idea de la supervivencia de los
últimos cristeros.
Ambas
películas, diferentes entre sí, encontraran su público: Cristiada para los que creen que un hecho histórico dura tan sólo dos
horas y lo protagonizan tiene héroes y villanos; Los Últimos Cristeros, para aquellos que creen que aún nos falta revisar
particularidades de la historia de México.[6]
Gilberto Lima Pérez.
Ilustración 1. Cristiada. Dean Wright, 2012. Fuente: http://www.cristiadapelicula.com
Ilustración 2. Los últimos cristeros.
Matías Meyer, 2011. Fuente:
http://www.losultimoscristeros.com
Bibliografía:
“Cristiada
la más cara de México” en Record, 18
de abril, 2012.
Antonio
Estrada, Rescoldo, ediciones
encuentro, 2010.
Jean
Meyer, El conflicto entre la iglesia y el Estado, Siglo XXI, 2005.
Películas:
Dean Wright, Cristiada,
2012.
Matías Meyer, Los Últimos
Cristeros, 2011.
Sitios
Web:
http://www.cristiadapelicula.com
http://www.losultimoscristeros.com
http://www.religionenlibertad.com
[1]
Dean Wright, Cristiada, 2012.
[2]
Matías Meyer, Los Últimos Cristeros, 2011.
[3]
Pablo José Barroso es productor de Cristiada,
y ha participado en otras películas como Karol,
Casia, Guadalupe y La leyenda del
tesoro. Películas que toman como eje central la religiosidad y la fe. http://www.religionenlibertad.com
[4]
“Cristiada la más cara de México” en Record,
18 de abril, 2012.
[5]
Antonio Estrada, Rescoldo, ediciones
encuentro, 2010.
[6]
Entre algunas de las recomendaciones dentro de la industria cinematográfica
sobre el tema cristero, podemos mencionar La
guerra santa, del director Enrique Taboada, (1977), donde la película hace
una crítica hacia las posturas contradictorias de la Iglesia y deja entre ver
una manipulación de las masas religiosas por parte de las elites religiosas; Sucedió en Jalisco, del director Raúl de
Anda, (1947), donde a mi criterio es la
que más acerca al movimiento cristero, muchas veces dominado por caciques
locales, Iglesia y estado rebasados por la fe de los cristeros, familias divididas, una religiosidad por parte del ejército
federal (pues aunque luchaban contra los cristeros, no luchaban en contra de su
religión y por eso muchas veces desertaban), particularidades como causa del
movimiento, carestía y tipos de cristeros.