sábado, 24 de noviembre de 2012

LA CELEBRACIÓN DE LOS SANTOS ESPOSADOS EN SAN BERNARDINO CONTLA.


Jorge Netzahualcoyotl Galicia
CIH - R Tlaxcala
j_00798@hotmail.com

A punto de concluir el año y en la antesala de diversas festividades que marcarán la pauta en este mes decembrino próximo, ahora les compartimos una festividad poco conocida dentro de nuestro Estado, particularmente realizada en el municipio de San Bernardino Contla. Una fiesta que pretende recordar el enlace matrimonial de San José con la Virgen Maria: La fiesta de los Santos Esposados. El primer indicio  localizado de esta festividad se encuentra en el libro del cuadrante de obvenciones parroquiales del año de 1818, donde solo se menciona que para el mes de noviembre de dicho año se dijo una misa por los Santos Desposorios. Ahora se ha convertido en una festividad que se mezcla con características regionales en torno a una unión matrimonial. El punto de inicio es con el tradicional "pedimento" de mano llevado a cabo por la mayordomía de San José para llegar a una decisión importante junto con la mayordomía de la Virgen [En dicho municipio de realiza con dos mayordomías de advocación mariana: Natividad o de la Inmaculada Concepción]. Inmediato a los acuerdos, se determinan los detalles para el día del enlace, además de que la H. cofradía religiosa serán los que fungirán como padrinos de boda. Dicha celebración se realiza el 26 de noviembre en la mayoria de los templos católicos pertenecientes a la comunidad, donde el fervor religioso, la convivencia social y la participación de todos los pobladores, son el complemento importante para conmemorar dicho suceso.


Los Santos Esposados.

El "pedimento de mano" de la Virgen María.

Pedimento en el barrio de Santa María Tlacatecpan.

La mayordomía de San José en Tlacatecpan.

San Bernardino de Siena como "Divino Juez" en el enlace.

Mole prieto: platillo fuerte en la fiesta.

"Casamiento" en la capilla del barrio de Xochayatla.

Pastel matrimonial.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Un Buen Fin: a 12 o 18 meses de endeudamiento




Oscar David Mandujano Machorro
Lic. En Historia
odmandujano@hotmail.com

Un Buen Fin: a 12  o  18 meses de endeudamiento

Durante cuatro días las tiendas comerciales se vieron atiborradas de gente, familias enteras llevadas por el furor de supuestos descuentos y grandes ofertas acuden en forma masiva para efectuar compras en su mayoría  innecesarias; y  es que con el bombardeo de publicidad hecho por Radio, televisión, medios impresos e incluso internet, las grandes empresas promocionan días de  grandes “rebajas” para atraer a los clientes y tener un consumismo hasta cierto punto desenfrenado e ilógico.
Los compradores ven la oportunidad de hacerse de diferentes artículos, sobre todo electrodomésticos que van desde Pantallas de plasma, equipos de audio  y video,  refrigeradores, lavadoras, celulares etc. Los cuales son productos pertenecientes a las grandes empresas transnacionales.
La idea viene inspirada por el Black Friday estadounidense, donde se dan grandes rebajas en las tiendas por inicio de la temporada navideña. El llamado “Buen fin” que desde el pasado año  2011 se implemento en  México a iniciativa del gobierno y con el argumento de reactivar la economía del país, nos muestra en su edición del 2012,  un éxito de la mercadotecnia para atraer a los consumidores sobre todo de la clase media.
Estos trabajadores que cuentan con la posibilidad de una tarjeta de crédito o debito, se endeudan sin pensar y reparar en que tendrán que pagar por muchos meses esa compra que sin duda de rebaja u oferta no tuvo nada, ya que mayormente la promoción es pagar en “cómodas mensualidades”, que a la larga se vuelven un fastidio y una carga  muy pesada para los bolsillos ya mermados por lo bajos salarios y el alza de los precios en la canasta básica.
Pero y que pasa con la clase más baja? aquellas personas que no tiene un salario fijo, que se autoemplean como albañiles o los pequeños comerciantes y las trabajadoras domesticas. Para ellos es obvio que El Buen Fin no tiene nada de bueno, ya que sin un crédito bancario sus posibilidades de adquirir algún producto son nulas.
Entonces realmente los beneficiados son Indiscutiblemente  los grandes empresarios y  banqueros, quienes con la colaboración del gobierno obtienen grandes ganancias a costa de los trabajadores que aún con un producto, pagarán por un año, año y medio e incluso hasta dos una compra que tal vez habrían podido omitir y así ahorrar ese dinero para alguna necesidad mayor.
Si duda este tipo de iniciativas no ayudan en nada  a la población asalariada y menos aún a la gente más humilde, pues los beneficios solo los ven los grandes empresarios quienes en  cuatro días incrementan sus ganancias en forma considerable, previo a una temporada alta como lo es la navideña, y que aún les dejara mayores ingresos, es obvio que con el Buen fin las grandes cadenas comerciales han dado con el clavo para subsistir todo el año con los pagos que sus clientes les darán, por lo que este programa continuara reforzándose con el paso de los años a costa del salario de los trabajadores. 




  


sábado, 3 de noviembre de 2012

El pasado en imágenes portátiles: Algunas, muy pocas, reflexiones.


                                                                                             Rodolfo Juárez Álvarez
                                                                                               Mtro. en Historia del Arte
                                                                                            rodolfojuarez1@gmail.com


Las impresiones visuales dominan el mundo, ¿no es acaso en esta realidad diaria donde nos parecen lo más simples y normales? Nos rodean, nos llaman la atención, nos ofrecen a los ojos productos, modos de entender el entorno, propagandas políticas, nos impresionan o engañan. Es la magia de las líneas, colores, luces y sombras que se imprimen, envían por correo electrónico, adornan nuestra ropa, entorno, hogar o almacenamos con recelo en el celular.
El poder de las imágenes es una bondad por demás conocida, desde la antigüedad, desde aquel momento en que el hombre simplificó su forma de ver el mundo-cosmogonía-mito, en las cuevas (arte rupestre); desde los primeros símbolos, desde las imágenes de hazañas y proezas militares, conquistas, guerras. Y si antes de la historia escrita existieron las imágenes ¿será acaso que nos hemos cerrado a la importancia de las mismas? ¿Habremos sido negados a una construcción visual del mundo? Y si algunos dicen que la historia la “escriben” los triunfadores, conquistadores y poderosos ¿no será acaso que algunos otros han recuperado la historia en imágenes? Y de ser así, ¿quiénes han sido?
Debería ser un pecado para mí omitir todas esas crónicas, datos e historias donde la imagen ha sido protagonista para centrar mi atención en el mundo que éstas nos han heredado, en los años donde la comprensión, comunicación y entendimiento del, para y el mundo se ha reducido a un click del mouse. No obstante, me parece obligado recurrir a esta visión en virtud del tiempo y del espacio.
            En las últimas dos décadas el mundo de la tecnología ha dado saltos inimaginables. Quienes hemos vivido esas transiciones sin duda entenderemos el diálogo, los que no, quizá encuentren aquí los antecedentes de lo que en sus bolsillos guardan. De las computadoras que ocupaban grandes almacenes, a las mini laps y tablets; de los teléfonos personales que marcaban un estatus social (¿quién no recuerda el de Zack Morris en Salvados por la campana?), a los celulares minis, que caben en el bolsillo y hoy están al alcance de la mayoría de la población; de las cámaras que bajo el argumento de la “urgente vista de la foto” guardaban cartuchos enormes de revelado en “minutos”, a las digitales contra el agua, de alta resolución o de disparo automático cuando la sonrisa de los protagonistas sucede; del disco de acetato a los casetes, después a los cd´s, mini cd´s, y actualmente, a las memorias usb, o más pretenciosamente los ipods que guardan no menos de 500 canciones.
            Todas estas tecnologías han respondido a la necesidad del hombre de hacer la vida más cómoda, las tecnologías más portables, de facilitar la comunicación y acelerar la necesidad _por no decir la urgencia_, de oír (música), de comunicarse (redes sociales-familiares), de ver (fotos y videos). Es entonces cuando habremos de meter la mano al bolsillo del pantalón o la chamarra, al bolso, a la mochila y extraer uno de los mecanismos que nos permita satisfacer alguna de las necesidades ya dichas, o por qué no, satisfacerlas todas. Lo más probable es que en la necesidad de estar comunicado, oír y ver, tengamos el gusto de ser dueños de un “súper celular” que cumpla todo esto. Curioso es saber que la finalidad primera del celular fuera la de comunicarnos de manera auditiva, sin embargo, actualmente satisfaga otros sentidos: nuestra vista (aplicaciones visuales), nuestro tacto (mecanismos táctiles) y no menos importante, nuestro sentido “estético” (un celular bonito, acorde a la personalidad y al bolsillo). Muy pocos renuncian a este último sentido. Amigos o incluso nosotros mismos antes de adquirir un celular o al ver el de alguien más preguntamos ¿qué tal saca las fotos? o ¿de cuántos megapíxeles es? y ¿sirve para música? ¿cuánta capacidad tiene?
El celular, en los últimos años, ha minimizado la utilidad de las cámaras fotográficas (no así al entusiasmo de algunos fotógrafos y aficionados) y desplazado a algunos otros medios de comunicación como la computadora, pues ahora ya no es necesario ir a un ciber o encender nuestra pc de escritorio para mandar correos, checar el Facebook o enterarse de las noticias más actuales; ha también convertido a los walkman, discman y mini radios en obsoletos y penosos artefactos para escuchar música. Se han vuelto, algunos celulares, almacenes de sonidos, programas, información y sobre todo, imágenes: de familia, de paisajes, de acontecimientos que pensamos importantes, de noticias, de nosotros, de todo.
            Hoy en día volvemos la mirada a las imágenes, pero no sólo a las que producen aquellos que han construido la historia escrita, y que por ende, también han hecho imágenes, sino a las múltiples expresiones que las usan para manifestarse: cine, fotografía, caricatura, televisión y un largo etcétera donde destaca “el celular” que capta mucho de lo anterior (video, fotografía, señal de televisión). ¿Será que entonces tenemos en nuestras manos un mecanismo capaz de encapsular un trozo de la historia,  que como testimonio, tomamos, guardamos y compartimos? Así como ese largo etcétera anterior guardó múltiples formas de crear imágenes, recuperarlas, preservarlas y difundirlas ¿no será que estamos entonces negándonos al protagonismo de la recuperación del pasado de diversas maneras, simples, básicas y además, cercanas a nosotros? Es esa la importancia que ha venido en detrimento por la comodidad y las respuestas fáciles.
Salta inmediatamente a la escena otras preguntas ¿si es que tenemos en nuestras manos una genialidad tecnológica ¿qué postura deberíamos tomar los que construimos el pasado a través de las imágenes? ¿Y qué pasará con aquellos que se han anquilosado en la construcción de un pasado únicamente escrito? ¿qué tipo de Historia deberían enseñar en las escuelas y universidades, una visual, escrita, o la fusión de ambas? Las imágenes lanzan desafíos a las ciencias humanas, y retan a los historiadores _y por qué no decirlo, a todos los que usamos las imágenes para comunicarnos_, como ya lo ha mencionado Robert A. Rosenstone en su libro La historia en imágenes/ la historia en palabras: reflexiones sobre la posibilidad real de llevar la historia a la pantalla (Barcelona, 1997).
Concluir es también invitar a la continuación del diálogo, en este sentido, se abre una brecha para una larga discusión. Ojalá el tiempo asigne respuestas parciales a  problemas comunes ya que en las “no certezas” están los motores de la reinterpretación del conocimiento. Ojalá que nuestros ojos no se vuelvan ignorantes ante fenómenos cotidianos y permitan, cada que saquemos del bolsillo nuestros más avanzados sistemas tecnológicos, razonar la importancia que éstos adquieren y los alcances que para nosotros los hacedores de historia, pueden tener.
¿Qué visión de la tecnología portable y del protagonismo de las imágenes tienes ahora?


viernes, 2 de noviembre de 2012

VISUALIZANDO LA FIESTA DE TODOS SANTOS EN TLAXCALA: UN COMENTARIO PARTICULAR.



                                                                       Jorge Netzahualcoyotl Galicia
                                                                       Estudiante de Lic. Historia UATx
                                                                       j_00798@hotmail.com

                                                                       “Tenemos descanso, el día de finados
Pero en todo el año, somos olvidados”
                                                                       -Letanía católica-

Hace unos días, en nuestro estado ocurrió una tragedia lamentable, de la cual perdió la vida una familia dedicada a la venta de pan de fiesta y fue arrollada por la ineptitud de un automovilista, acompañado de un toque alcohólico.  Ese mismo día que me entere de esa noticia, previamente me comentaron sobre parte de los preparativos que una familia organizara para “esperar a sus familiares” en estas próximas fiestas de día de muertos; Curiosamente escuche que dentro de los familiares, también esperarán a una persona de nombre “Felipa”, la cual, sus restos óseos fueron hallados enterrados y vieron la luz cuando comenzaban a construir su hogar y fue un 5 de febrero cuando la encontraron.

Dos distintas visiones de la muerte concebimos en estas anécdotas, la primera se impregna de dolor e impotencia al saber que la imprudencia se hace presente y que no respeta condición social, ni el transcurrir de un día. La segunda, forma parte de un impresionismo que por primera vez se obtiene al hallar este tipo de “reliquias” que engloban una cosmovisión con carácter de culto, devoción, respeto y aprecio que se tienen al contemplar esta manifestación de la muerte.

Se acerca una festividad en donde los hogares de Tlaxcala estarán impregnados de distintos aromas que forman parte del escenario para recibir a los fieles difuntos. Desde la flor de muerto, caracterizada por el color naranja que, desde el punto de vista antropológico, significa el camino que recorrerán las almas hacia la ofrenda. La fruta de temporada como las jícamas, guayabas, naranjas, manzanas, cañas, representan la ofrenda que nos brinda la naturaleza. Las ánimas que visitan el altar han viajado desde muy lejos y necesitan recobrar fuerzas con una buena comida; en este caso, los hogares se convierten en una exposición de platillos típicos que fueron parte del gusto del difunto cuando estuvo en vida. El olor del incienso, un elemento importante porque representa el paso de la vida a la muerte y “aleja de los malos espíritus.” Casualmente, cuando los difuntos son trasladados hacia el cementerio, el incienso es quien abre camino hacia nuestra última morada.


Panorámica de un sepelio en Contla.- 6 de abril de 1936.
Y por supuesto, del pan de muerto, que es interpretado mediante dos significados: primero como la representación del cuerpo [cruceta central junto con el pan] y alma del difunto [la levadura], complementado con el ajonjolí que simbolizan las lágrimas que fueron derramadas en el momento de su pérdida. Mientras que el segundo corresponde a que el pan representa la generosidad del anfitrión y el regalo de la tierra misma. La ofrenda se arma para “atraer y agasajar” a los difuntos de la familia y es de suponerse que en donde quiera que estén siguen necesitando y disfrutando de las mismas cosas que cuando estuvieron vivos.

Así mismo, todas las ofrendas serán acompañadas de elementos religiosos que envuelven un ritual de creencias con sus prácticas muy particulares para esta celebración. Por ejemplo el uso de las ceras y veladoras que simbolizan la ascensión del espíritu y el símbolo de amor que guía las almas al altar. Hay quienes recurren al elaborar cruces de cal y de tierra, que las primeras representan los cuatro puntos cardinales, mientras que la segunda proviene de los adeptos religiosos sobre la creación del hombre por Dios: “En polvo eres y en polvo te convertirás.” Aunado a esto, la incorporación de imágenes religiosas como la presencia de la Virgen del Carmen, que de acuerdo a la tradición católica, es la “intercesora de las ánimas benditas del purgatorio” hacia el reino celestial.


Dentro del ambiente festivo en estas fechas próximas, también podemos ver que es un momento de unión familiar al observar cientos de familias transitando los pasillos del cementerio, compartiendo los alimentos con los difuntos que descansan en dicho lugar, acompañados de verbenas que van de las coplas del mariachi hasta el sonido de las notas de las marchas fúnebres por parte de las bandas de viento. Hay quienes prefieren rendirle culto a sus muertos por medio de las oraciones, las cuales, serán las que ayuden a mantener su “descanso digno.”

Como un complemento final, el anuncio de las campanas en la mayoría de las iglesias, son el complemento especial para esta fiesta, en donde su sonido penetra en cada uno de los hogares, anunciando la llegada de los difuntos. “Señor, Señor…. Escucha mi Oración” es el sonido que se transmite en el “doble de campanas” que anuncian el fallecimiento de una persona, pero en esta fiesta, llama al encuentro de las “almas visitantes” al mundo de los mortales.

Para finalizar, desde sus distintos vértices, la fiesta de Día de Muertos en Tlaxcala tiene un arraigo importante dentro de la sociedad en la que vivimos. A las ánimas benditas de los difuntos se les venera y se les hacen ofrendas, cuyo resultado es el origen de ritos y creencias que refuerzan los lazos familiares y a su vez, los ideales religiosos. Dicha festividad se complementa con el folklore popular que hasta nuestros días sigue vigente, además de las creencias que se vienen heredando generación por generación. Somos testigos de una celebración única en nuestro país, pero en nuestro estado, toma características particulares.

Marcha fúnebre dedicada a los fieles difuntos.